Descripción
Reproducción de figura de la diosa Sekhmet fabricada en mármol moldeado (polvo de mármol más resina). Pátina dorada.
Altura: 25 cm.
Reproducciones de modelos arqueológicos de museos del mundo.
Original de piedra Caliza. Reino de Piankhi. XXV Dinastía, hacia 740-713 a.C. Museo del Louvre. París.
La ciudad de Menfis rendía culto a la diosa leona Sekhmet, hija del dios Ra, el Sol creador, y esposa de Ptah, dios del Fuego, protector de los artistas. En Egipto se le llamaba «La Poderosa», «La Señora», y su energía alcanzaba incluso a los guerreros, quienes también la tomaron como patrona, ya que Sekhmet es la diosa de la guerra.
Representa la voluntad y la fuerza del alma. Simboliza el destino, entendido éste como aplicación de la ley de causa y efecto, es decir, ejecuta sobre la Tierra los designios divinos. Sus garras tenían fama de alcanzar a todo hombre que faltase a la ley.
Entre los antiguos egipcios la observación del ciclo anual del Nilo, con las crecidas del río alternando con las sequías, creó el mito de esta diosa. Shu, el espíritu, y Thot, dios de la sabiduría, fueron a buscarla a los desiertos orientales de Nubia, donde habitaba, y consiguieron apaciguarla. La leona de fuego tomó entonces el carácter de diosa-gata Bastet, felina amable, que era quien traía las crecidas fertilizantes del Nilo.
En la pieza que aquí presentamos, de pie, la diosa Sekhmet tiene cabeza de leona, y su mirada, con cejas en forma de acento circunflejo, le dan un aspecto temible y feroz. En su mano porta el Ankh, o «Llave de la Vida».
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