Descripción
Hombre hecho a si mismo, escultura de gran calidad fabricada en mármol moldeado (polvo de mármol aglutinado con resina). La terminación se realiza con una pátina de bronce envejecido que da a la estatua una semejanza con los bronces del siglo XIX.
Medidas- Altura: 57 cm. Ancho: 22 cm. Fondo: 22 cm.
Peso aprox.: 10 kg.
La escultura posee una magnífica presencia para ser utilizada en decoración de interiores. No es adecuada para uso en el exterior.
El hombre hecho a si mismo. Esta escultura representa a un hombre esculpiéndose a si mismo de una roca bruta. Recreación inspirada en obras de artistas contemporáneos.
Numerosas obras que reflejan este simbolismo han sido realizadas a lo largo del tiempo. Entre las fuentes de inspiración más relevantes que han utilizados los artistas de esta alegoría se encuentra en texto del neoplatónico Plotino que sirvió de referencia a muchos artistas del renacimiento:
“(…) haz como el escultor que debe crear una estatua hermosa: quita, cincela, pule y limpia hasta que aparece el bello rostro de la estatua. Del mismo modo tú también debes quitar todo cuanto sea superfluo y enderezar lo torcido, purificando lo siniestro para convertirlo en brillante, sin dejar de esculpir tu propia estatua hasta que brille en ti la claridad divina de la virtud.” (Plotino, Enn, I 6)
En esta imagen de un hombre esculpiéndose a sí mismo, podemos ver cómo el sujeto se esfuerza por moldear su cuerpo a través de la auto-disciplina y el auto-control. Esta imagen representa la idea central de la filosofía estoica de que cada individuo tiene el poder de esculpir su propia vida a través de sus acciones y decisiones. Según los estoicos, la felicidad y la virtud dependen no tanto de lo que nos sucede, sino de cómo reaccionamos ante lo que nos sucede.
Asimismo, la imagen de un hombre esculpiéndose a sí mismo también refleja la idea estoica de que debemos aceptar nuestro destino y adaptarnos a las circunstancias que nos rodean. Al igual que un escultor se adapta a las características de la piedra con la que trabaja, nosotros debemos adaptarnos a las situaciones que nos presenta la vida y encontrar en ellas oportunidades para crecer y mejorar.
La imagen de un hombre esculpiéndose a sí mismo es una poderosa metáfora de la filosofía estoica y de su énfasis en la autodeterminación, la autodisciplina y la aceptación del destino. Siguiendo los principios estoicos, podemos esculpir nuestras vidas con la misma determinación y habilidad que un escultor moldea su obra de arte, y encontrar así la felicidad y la virtud que anhelamos.
Lee más sobre los filósofos estoicos en nuestro blog: Los Filósofos estoicos, un modelo de fortaleza y alegría
Cristina –
Una escultura bellísima