Busto Atleta vencedor patinado en bronce. 38 cm.

Descripción

Busto Atleta vencedor patinado en bronce, reproducción de escultura realizada en mármol moldeado (polvo de mármol aglutinado con resinas). Terminación de envejecimiento realizada con pátinas a base de tierras naturales que le dan la textura y la apariencia de una escultura antigua embellecida por el paso del tiempo.

Altura total con base: 38 cm.

Tamaño sin base: 33 cm + 5 cm de base.

Peso aprox.: 11 kg.

Esta figura posee una magnífica presencia para ser utilizada en decoración de interior (salones, vestíbulos, bibliotecas y despachos). No es adecuada para uso en el exterior.

Reproducciones de esculturas inspiradas en piezas originales de museos. Arte clásico. Hecho a mano en España.

Busto Atleta vencedor patinado en bronce. Esta figura es una reproducción realizada a partir de un busto original de la época de Augusto, siglo I d.C., hallado en Benevento, Italia. La costumbre de erigir estatuas a los atletas vencedores se conservó durante mucho tiempo en el mundo griego, incluso después de la conquista romana.

En la Antigua Grecia el atletismo era una parte integral de la vida y la cultura helénicas, en la que se expresaban valores como la excelencia, la superación, la competencia justa y el honor.

Los Juegos Olímpicos se celebraban cada cuatro años en honor a Zeus, parándose las guerras que hubieran entre las polis en la tregua olímpica. En los Juegos, los atletas competían en disciplinas como carreras, lanzamiento de disco, salto de longitud y lucha libre. Entrenados con una rigurosa preparación y estricta disciplina tanto física como mental, los atletas representaban el ideal griego de armonía entre mente y cuerpo y la excelencia física y espiritual, luchando no solo por la victoria personal, sino también por el honor de sus polis y la gloria de los dioses.

Para los atletas griegos, la victoria representaba no solo haber alcanzado la supremacía atlética, sino también la realización de los valores griegos de armonía, equilibrio y excelencia. Ser coronado como campeón significaba haber alcanzado el éxito, después de años de sacrificio y dedicación.