Bajorrelieve Glauco y Escila. 58cm

Descripción

Bajorrelieve “Glauco y Escila”. Relieve decorativo fabricado en alabastro moldeado (polvo de alabastro aglutinado con resinas). Aplicación de policromías y de pátinas de envejecimiento a base de tierras naturales.

Medidas:  diámetro de 58 cm.

Reproducciones de esculturas y relieves, inspiradas en piezas originales de museos. Arte renacentista y barroco. Hecho a mano en España. Ideal para decoración de interior (salones, vestíbulos, bibliotecas y despachos). No apta para exteriores.

Bajorrelieve “Glauco y Escila”. Este relieve está inspirado en los frescos de Annibale y Agostino Carracci del Palacio Farnesio en Roma. Las escenas de estos frescos ensalzan el poder del amor, a través de la evocación de los mitos clásicos. Destaca por el naturalismo de las pinturas que refuerza la sensualidad y el erotismo de los temas amorosos representados.

Annibale Carraci (1560-1609), junto con su hermano Agostino Carracci (1557-1602), fueron dos pintores del final del Renacimiento y el principio del Barroco. En 1597 el sobrino del papa Pablo III, el cardenal Odoardo Farnesio les encargó la decoración del Palacio Farnesio en Roma. Los frescos que pintaron en la galería de la planta principal del palacio fueron considerados en los siglos posteriores como obras maestras por su perfección técnica.

La decoración de esta galería consiste en una serie de pinturas que retratan distintas escenas mitológicas bajo el tema “Los amores de los dioses”, situadas alrededor de la escena principal “El triunfo de Baco y Ariadna”, que ocupa el panel central del techo de la estancia. Un ejemplo es este fragmento que muestra al dios marino Glauco y la ninfa Escila, quien fue convertida en monstruo por la maga Circe.

Los relieves inspirados en obras renacentistas y barrocas aportan a la decoración de nuestros hogares la armonía y la elegancia del arte de otras épocas.

Estos relieves clásicos, con sus representaciones de escenas mitológicas nos ayudan a recordar la influencia del arte del Renacimiento y el Barroco, que ha llegado hasta nuestros días como testamento del amor de estos movimientos artísticos hacia la herencia de la Antigüedad clásica y su búsqueda de la belleza atemporal.