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Vida cotidiana en el antiguo Egipto

Vida cotidiana en el antiguo Egipto

egiptoLa imagen cinematográfica de Egipto es falsa
Hasta hace bien poco, aún predominaba en algunos libros de texto la vieja imagen, ya superada, de los esclavos construyendo las pirámides a golpe de látigo. Los hallazgos de la arqueología nos han permitido desmentir esa sesgada visión, forjada en parte por culpa de Herodoto, de escritores judíos y cristianos, etc…aunque aún en el imaginario popular permanezca de algún modo. La arqueología ha demostrado justamente lo contrario. Cuando el todopoderoso ministro de antigüedades, Zahi Hawass, descubrió los restos de la antigua ciudad de artesanos de Gizeh, desveló también parte de la vida cotidiana de esos trabajadores, corroborando lo que otros hallazgos ya habían anunciado, que los constructores del complejo de Gizeh, no eran ni mucho menos esclavos, sino obreros especializados. Se hallaron restos de su salario, cerveza, pan, carne; y completaron la imagen que ya se estaba construyendo a partir de otros restos, como Deir el Medina, y de textos. Así es: quienes construyeron las grandes obras de Egipto no lo hicieron bajo el látigo, sino a cambio de un jornal; trabajaban ocho horas, ocho días de la semana, pudiendo descansar al siguiente. De hecho, la primera huelga de la que se tiene constancia sucedió bajo el reinado de Ramsés III, cuando, al retrasarse el pago de su jornal (que consistía en alimentos) protestaron ante los gobernadores locales, elevando incluso sus peticiones hacia el faraón.

Entonces ¿cómo vivían los egipcios? En las tumbas, ricamente decoradas con bucólicas imágenes, se nos representan cómo querían que fuera la vida ultraterrena. Y ésta no es sino una versión mejorada de la vida terrenal: se ven a los difuntos cultivando la tierra, cazando, etc. En esas tumbas suelen aparecer también los ushebtis, pequeñas estatuillas que representan desde labradores, oficios, hasta pequeños ejércitos en miniatura, destinados a servir en el más allá a su señor.

Gracias a estos elementos podemos ir descubriendo poco a poco más piezas del puzzle, que se van encajando para formar un cuadro más o menos fidedigno de la vida en el Antiguo Egipto, y que, no nos engañemos, no era de color de rosa precisamente. La gente seguía muriendo joven, el trabajo era muy duro, ya fuera para los campesinos, o los artesanos… sin embargo, las piezas del puzle van revelando la imagen de una sociedad bastante avanzada, y que poseía ciertas facilidades que ya hubieran querido tener los europeos de hace cinco siglos.

Pero, antes de entrar directamente en materia, tenemos que detenernos brevemente para realizar un somero repaso a la historia de esta civilización enigmática y milenaria.

Reseña de la Historia de Egipto
Resumir en pocas líneas una historia que abarca treinta siglos es bastante arduo, por no decir imposible. No obstante, se intentará llevar a cabo con la mayor concisión posible.

La historia de Egipto se remonta, según los arqueólogos, al periodo neolítico, donde se sentaron las bases de la civilización urbana, con el desarrollo de la arquitectura y la ganadería y las primeras «ciudades»

Periodo Protodinástico (a.c. 3200 – 3100 a. C.) Naqada III. dinastía tinita

Dinastía 0 o predinástico tardío, antes de la unificación

Reyes Alto Egipto residentes en Tinis. Surgen las primeras ciudades, tales como Tinis, Nubet, Nejeb, Nejen, etc

Narmer pudo ser el último rey de esta época, y el fundador de la dinastía I.(Menes)

Periodo Arcaico (c. 3100 – 2700 a. C.) dinastías I y II.

Proceso de unificación de los distintos reinos del Alto y del Bajo Egipto por Menes , rey de Hieracómpolis, identificado con el rey Narmer.

Imperio Antiguo (c. 2700 – 2250 a. C.) dinastía III- VI

La capital se estableció definitivamente en Menfis.

Se atribuye a esta época el inicio de la construcción de grandes pirámides, con la Pirámide escalonada de Dyeser (III dinastía) y el complejo de Gizeh (esfinge y pirámides) atribuidas a Keops, Kefrén y Mikerinos de la IV dinastía.

Durante el largo reinando de Pepi II se irá acentuando una fuerte descentralización, que culminará en el denominado primer periodo intermedio de Egipto.

Primer Periodo Intermedio (c. 2250 – 2050 a. C.) Dinastías VII a XI.

Fue un período de edad media, caracterizado por la descentralización del estado egipcio y el descenso del poder del rey frente a los gobernadores locales de los nomos o provincias. Los nomos de Heracleópolis y Tebas alcanzan la hegemonía, imponiéndose finalmente este último.

Imperio Medio (c. 2050 – 1800 a. C.) dinastía XI y la XII

Bajo Mentuhotep II vuelve a reunificarse Egipto, iniciando un periodo de gran prosperidad económica y expansión exterior. Se establecen relaciones comerciales con otras regiones de África, Asia y el Mediterráneo (influyendo en la creciente civilización cretense). A nivel religioso prepondera el culto al dios Amón.

A mediados de 1800 a. C. los denominados hicsos (pueblos libios y cananeos) acaban dominando todo Egipto (introducen los carros de combate con caballos)

Segundo Periodo Intermedio (c. 1800 – 1550 a. C.) dinastías XIII a XVII

Los gobernantes hicsos instauran como capital la ciudad de Avaris. Tebas, liderada por dirigentes como la guerrera reina Ahhotep y sus descendientes, Ahmose y Kamose, declara la independencia, dirigiendo la guerra de liberación contra los hicsos.

Imperio Nuevo (c. 1550 – 1070 a. C.)

Periodo de gran expansión exterior, tanto por Asia —donde llegan hasta el Éufrates— como por Kush (Nubia). Comienza la dinastía con una serie de faraones guerreros, desde Ahmose I hasta Tutmosis III y Tutmosis IV. Bajo Amenhotep III se detiene la expansión, iniciándose un período de paz interna y externa. Destacan la reina Hatsepsut, quien se designará como faraón y dirigirá expediciones comerciales al lejano país de Punt (posiblemente Somalia); el faraón Akhenatón, cuya fallida reforma desembocará en un período de debilidad monárquica, con reyes efímeros, como el famoso Tutankhamon; y la dinastía XIX, o Ramésida, en la que, fundamentalmente bajo Seta I y Ramsés II, se plantará cara a la expansión hitita. El reinado de Ramsés el Grande se caracterizará por su larga duración y por su esplendor, reflejado en sus grandes y monumentales obras públicas (Abu Simbel)

Durante los reinados de los sucesores de Ramsés II, Egipto se va a enfrentar a las invasiones de los Pueblos del Mar, originarios de diversas áreas del Mediterráneo oriental (Egeo, Anatolia), sumándose a problemas internos como la corrupción y disturbios civiles. El país termina dividido, dando inicio al Tercer Periodo Intermedio, del que ya no podrá recuperarse, e iniciando así una larga etapa de decadencia que culminará en la anexión al Imperio Romano, y en la que, sin embargo, se conservarán de algún modo las viejas formas religiosas y culturales.

Tercer Periodo Intermedio (c. 1070 – 656 a. C.) dinastías XXI a XXV

Dos dinastías de origen libio se reparten Egipto: una, desde Tanis, la bíblica Zoán, se instala en el Bajo Egipto, y otra en Tebas, en la que sus reyes toman el título de Sumos sacerdotes de Amón, . El periodo termina con la dominación de los reyes kushitas, (nubios), que tratarán de mantener la tradición egipcia y rescatar su esplendor.

Periodo Tardío (c. 656 – 332 a. C.) dinastías XXVI a XXXI

Comienza con la dinastía Saíta, con dos periodos de dominación persa, así como con varias dinastías coetáneas de gobernantes egipcios independientes, hasta que finalmente Egipto se convierte en una satrapía persa.

Periodo Helenístico (332 – 30 a. C.)

En 332 a. C Alejandro Magno de Macedonia conquista Egipto a los persas, fundando la ciudad de Alejandría. Tras su muerte se reparte el imperio entre sus generales, quedando Egipto en manos de Tolomeo, y dando origen en 305 a. C. a la dinastía ptolemaica, de origen macedonio. Este periodo se caracteriza por la preponderancia de Alejandría como pujante capital mediterránea y gran centro cultural, alrededor de su Biblioteca. Finaliza con la victoria de Octavio Augusto sobre Marco Antonio y Cleopatra VI en la batalla de Actium y la incorporación de Egipto como provincia al Imperio romano, en el año 30 a. C.

Periodo Romano (30 a. C. – 640 d. C.)

El 30 de julio del año 30 a. C., Octavio entra en Alejandría, liquidando definitivamente la independencia política de Egipto y convirtiéndolo en provincia romana.

Tras la división del Imperio en el año 395, y el derrumbe del Imperio Romano de Occidente en el s.V, Egipto permanecería en manos de los emperadores bizantinos hasta la conquista árabe del año 640. El último vestigio de la cultura del Antiguo Egipto desaparecerá definitivamente a comienzos del siglo VI, con el cierre del templo de la isla de File , dedicado a la diosa Isis, al prohibirse el culto a los «dioses paganos» por el cristianismo.

La vivienda

egiptoNos preguntamos por qué tantos monumentos antiguos aún perduran, mientras que la vivienda egipcia prácticamente ha desaparecido. Por un lado, los monumentos fueron construidos en piedra para perdurar, y las viviendas se construían con un material más económico: el adobe, paja mezclada con barro del Nilo. Los vivos no necesitaban construcciones eternas, sólo los dioses y los difuntos eran merecedores de ese privilegio. Por otro lado, debido a las crecidas anuales del Nilo, muchas veces los habitantes de los márgenes necesitaban reconstruirlas cada año, lo cual era más fácil si se hacían de adobe.

A pesar de ello, hoy en día podemos conocer cómo eran las viviendas de los antiguos egipcios, gracias a excavaciones en poblados de artesanos como el de Deir el-Medina, que construían y decoraban las tumbas reales, y el hallado en Gizeh; en Tell el Amarna, la ciudad de Akhenaton; también las maquetas de viviendas halladas en tumbas del Reino Antiguo y Medio; y por las representaciones de viviendas en papiros o pinturas en el Imperio Nuevo.

Las primeras viviendas conocidas datan del Periodo Predinástico: eran casas sencillas, construidas con paredes de adobes y el techo de troncos cubiertos por hojas de palmera y barro, pequeñas, semisubterráneas y con el techo inclinado. También se ha encontrado mobiliario, ajuar, juegos de mesa y herramientas.

En los poblados de artesanos como el de Deir el Medina al oeste de Tebas, (época de Ramsés), podemos encontrarnos con casas de distintos tamaños según el estatus de los trabajadores.

La arquitectura estaba condicionada por los factores geográficos. La mayoría de la población vivía en casa pequeñas y amontonadas a orillas del Nilo. Las casas se situaban en las llanuras aluviales, sobre una plataforma de ladrillos levantada del suelo para evitar las inundaciones. Las paredes y tejados estaban encalados para evitar la calor , y unas pequeñas ventanas servían de ventilación, cubiertas con esterillas a modo de mosquitera, para evitar la entrada de moscas, polvo y calor. Unas aberturas en los techos favorecían asimismo la ventilación.

En las ciudades, las casas , de forma casi cuadrada , podían tener varios pisos, debido a la limitación de los terrenos. En las más importantes, el nivel inferior era ocupado por los sirvientes y el segundo nivel por la familia. En este nivel estaba el qa´a, el hall principal, donde el dueño de casa se sentaba en una silla bajo un dosel. En el último piso se encontraban las oficinas.

Las casas más modestas tenían una zona de estar, dos dormitorios, un patio donde se cocinaba y distintas zonas de almacenamiento. El frente de la vivienda era a menudo utilizado para el trabajo de los artesanos como carpinteros o fabricantes de cerámica.

Una residencia estándar podía cobijar de cinco a diez personas, padres con sus hijos, animales domésticos, perros, gatos. Las casas se pintaban de blanco y las habitaciones estaban en línea, unas detrás de otras ocupando entre 40 y 120 m². Se accedía por puertas de madera, simples o dobles. En la primera estancia se encontraba un altar dedicado a dioses protectores, como Bes, y se guardaban lámparas, jarras, braseros. A continuación se pasaba a la sala principal, gran habitación que sirve de comedor y de ocio iluminada con pequeñas ventanas y donde podía haber una bodega o recipientes cerámicos. Las ventanas son pequeñas y sirven fundamentalmente para aislarse del calor y para ventilar más que para iluminar; el interior por lo tanto es sombrío, esteras y tapices en las paredes pondrán una nota de color. En esta sala había una columna central de madera, que sujetaba el techo. Unas escaleras llevaban a la bodega, y una puerta daba paso al resto de las habitaciones, si es que las había: pequeños cuartos para dormir y para lavarse, y almacenes . Se cocinaba en la calle, si la casa era muy pequeña, o en el patio trasero, donde había un horno y una despensa . También podemos encontrar pequeños talleres; no existía cuarto de baño, los desperdicios eran soltados en el desierto o en las calles, mientras que la orina era utilizada para el curtido y teñido de las pieles.

La casa ideal para el egipcio, sólo al alcance de unos cuantos, era una villa amplia con jardines, estanques, fuentes, graneros, corral, talleres para las necesidades de la casa, etc. En las ciudades el espacio para este tipo de villas era escaso. Podemos encontrarlas en Aketatón, la ciudad fundada por Akhenatón en la actual Tell el-Amarna.

Los Palacios y las viviendas de personajes poderosos tenían numerosas habitaciones, privadas y públicas para recepción y administración, zonas de almacenamiento , baños (el retrete era un recipiente de piedra con tapa, aunque no había agua corriente), patios abiertos con columnas y alegres jardines con árboles, estanques, fuentes, huertos…

Los propietarios ricos decoraban el interior de las viviendas pinturas con coloridas escenas de la vida cotidiana. Los jardines eran muy populares: rodeados por un muro, poseían un estanque, alimentado por el Nilo, con patos, peces, papiros y flores de loto, rodeado por palmeras datileras y árboles frutales.

tutankamon
Sillón egipcio. Tumba de Tutankhamon. 105 cm. (Ver)

Mobiliario
El nivel de sofisticación de los muebles del Egipto faraónico solo puede ser comparable con la Roma Imperial. Conocemos el mobiliario bien a través de piezas que se han conservado intactas en tumbas , bien por pinturas en el interior de las mismas o por la escultura. Aunque predominaba la costumbre de dormir en el suelo
sobre esterillas de caña, junco, papiro, pasto o fibra de palmera, se han encontrado también camas de los Imperios Antiguo y Nuevo. Las camas eran de madera, planas, patas de toro y un bastidor cubierto con cuero o fibras vegetales trenzados. Las del Imperio Nuevo son cóncavas. No poseían cabeceros. Tenían patas acabadas en garras. Se cubrían con telas de lino que a veces se doblaban para formar un colchón, aunque también se usaban colchones rellenos con plumas. Asimismo se han hallado reposacabezas muy elaborados, de distintos materiales.

Se han encontrado numerosos bancos y sillas, desde los más modestos, de tres patas, utilizados por los artesanos, hasta los tronos reales ,decorados con láminas de oro y plata, marfil, piedras duras, loza y fabricados con ébano, pasando por banquetas plegable con asientos de cuero o piel luego reemplazados por madera con manchas pintadas imitando piel de felino. Las sillas y sillones primitivos tenían forma prismática con asiento y respaldo planos; más adelante, , el respaldo se inclinó hacia atrás y los respaldos y asientos se hicieron cóncavos y se cubrieron con almohadones. No se han encontrado pinturas que confirmen que los egipcios comieran sentados frente a mesas bajas. Las escasas escenas de comidas los muestran sentados en bancos y sillas con comida servida en pequeños cuencos. En frescos de tumbas, se ven mesas de ofrendas con una pata central o cuatro patas, pedestales de apoyo y pequeñas mesitas para apoyar cajas de juegos, como el senet (una especie de damas). Un objeto muy difundido fue el cofre, de guardar una gran variedad de elementos. Los más lujosos se hacían de ébano macizo o enchapado con incrustaciones de marfil, y los menos costosos se pintaban imitando materiales preciosos, tenían tapas superiores y frontales con cajas con divisiones internas. Poseían pequeñas cajas, lámparas de aceite, paletas para cosméticos, canastos y distintos recipientes de cerámica, metal y vidrio.

La familia
Uno de los principales fundamentos de la sociedad egipcia era la familia. Aunque la sociedad era muy tolerante, la familia compuesta por una pareja con sus hijos se consideraba el modelo ideal.

Los matrimonios muchas veces eran concertados entre los padres de los «novios , siempre dentro de la misma clase social. Aunque no se debe olvidar que también existió matrimonio por amor entre parejas que elegían una persona para formar una familia.

La esperanza de vida era bastante corta, de unos treinta años. Por esta razón, los matrimonios se daban a corta edad: para las mujeres era alrededor de los doce años, y para los hombres a los dieciséis. No obstante esta corta esperanza de vida, algunos egipcios alcanzaron edades bastante avanzadas (los reyes Pepi II y Ramsés II llegaron hasta los 90 años).

El matrimonio comenzaba por lo general cuando la pareja se iba a vivir junta. el permiso del padre era un requisito imprescindible. El enlace se hacía sin ningún tipo de sanción oficial, ni era validado por ceremonias o actos religiosos, aunque sí se celebraban fiestas familiares, pues se consideraba un asunto privado; generalmente se refrendaba mediante la firma de un contrato privado ante un escriba, en términos de igualdad. En este contrato se incluían las aportaciones y los derechos de ambos cónyuges, y se establecían los derechos de ambos en caso de divorcio: la crianza y custodia de los hijos, los bienes materiales que poseían cada uno antes de contraer matrimonio, (y que recuperarían en el momento de la separación), y hasta la pensión que debía recibir la exmujer. Además, en caso infertilidad de la esposa, se protegía el derecho del marido de tener una suerte de «esposa secundaria», para garantizar la descendencia.

Divorcio: era también cuestión privada, y se producía al ser repudiada una de las partes, lo que motivaba el abandono del hogar por parte de uno de los cónyuges, generalmente la mujer. Podía ser solicitado por cualquiera de los cónyuges, por motivos tan amplios como el adulterio, la esterilidad… El marido debía mantener a la ex-esposa. Si se habían delimitado los bienes de los dos cónyuges en el contrato privado, ella podía recuperar los suyos, y si no poseía nada, siempre podía volver con sus padres. . El adulterio podía ser castigado, en raros casos hasta con la muerte.

El objetivo del matrimonio era la procreación.

Debido a la alta tasa de mortalidad de las mujeres en el parto, se usaban métodos anticonceptivos para evitar embarazos seguidos. Asimismo existían altas tasas de mortalidad infantil; la mayoría de los niños morían antes de los cinco años a causa de distintas enfermedades transmitidas por animales como ratas, ratones e insectos. Los hijos eran considerados muy valiosos, eran mimados y educados sin distinción de sexo y muchos aprendían a leer y escribir. En los tres primeros años, la criatura era amamantada por la madre. Tras el destete no trascurría mucho tiempo hasta el inicio de la educación. Los padres solían dirigir el proceso educativo, enseñando al hijo el oficio familiar en el taller o la tienda, iniciándose así como aprendiz. Los hijos de familias nobles asistían a la escuela de la Casa Jeneret, la casa de la reina.

La mujer en Egipto

La mujer tuvo un papel muy importante en el Antiguo Egipto, con una independencia y un estatus inédito en el mundo antiguo. La mujer mantenía su nombre, una cierta independencia e incluso su trabajo. Podía solicitar el divorcio, y recuperar el patrimonio que había aportado al matrimonio. El papel de la mujer era considerado fundamental y venerado en Egipto, pues la mujer egipcia era el reflejo en la tierra y en el ámbito doméstico, de las grandes Diosas Madres, Isis, Hathor…. Además del cuidado de los hijos y la ejecución de las tareas domésticas, su función primordial era asegurar la descendencia. Al casarse adquirían el rango de dueña de la casa, «nbt pr» , que significa administradora del patrimonio; en el hogar eran las que organizaban todo.

Solían prestar mucha atención a su aspecto, mimando especialmente el peinado y maquillaje. El hecho de que se ocuparan de la casa y los hijos no era algo discriminatorio, pues en el Egipto antiguo esta labor eran bendecida por los dioses, y muy respetada por las personas en general. Asimismo, la mujer podía desempeñar otras actividades, como por ejemplo, ser sacerdotisa, cantante, bailarina, música, panadera, sirvienta; había comadronas, tejedoras, intendentes; colaboraban con el negocio de su marido., ayudaban en el campo a sus esposos en la época de cosecha. Podían estar al frente de un negocio, como la dama Nenofer en el Imperio Nuevo; podían ser también médicos, como la dama Peseshet durante la Dinastía IV. Acompañaban a sus maridos a los grandes banquetes y a cazar. Ante la ley gozaban de los mismos derechos que el hombre. El himno a Isis (papiros de Oxirrinco, siglo II a. C.), muestra esta igualdad de la mujer y el hombre, dirigiéndose a la diosa «el honor del sexo femenino»: «Eres la dueña de la tierra […] tú has dado un poder a las mujeres igual al de los hombres». Parece ser que la herencia se transmitía por vía femenina.

Numerosas reinas han pasado a la historia de Egipto, en la que desempeñaron un papel crucial: Ahhotep, quien lideró la lucha contra los invasores hicsos, la poderosa reina Tiyi, madre de Akhenaton; incluso tres mujeres asumieron el rango de faraón, reservado a los hombres: Hatshepsut, quien se hizo representar incluso con la barba postiza y los atributos del faraón; Nefertiti, quien se considera la verdadera identidad del enigmático sucesor de Tutankamon, Smenkare, y Cleopatra, la última gran Reina Egipcia. Ramsés dedicó a su amada Nefertari, muerta prematuramente, una de las más hermosas tumbas del Valle de los Reyes.

La realeza sólo se transmitía por vía maternal. De ahí el tema del matrimonio incestuoso, pues solo se podía ser rey siendo hijo de una mujer de sangre real.

La importancia de la que gozó la mujer egipcia no se dio en ninguna otra civilización antigua, salvo quizá la cretense o la etrusca; y no ha sido hasta épocas recientes hasta que la mujer ha vuelto a disfrutar de una libertad y relevancia equiparable, por lo menos en el mundo desarrollado. Este constituye uno más de los muchos motivos por el que admirar a esta milenaria y sin embargo sofisticada y avanzada civilización.

Vestido
La Indumentaria en Egipto era una consecuencia directa del clima: cálido y seco, y de la forma de vida, al aire libre.

Los trabajadores usaban una falda recta (shenti) sin ninguna clase de adornos y la ceñían al cuerpo por un grueso cinturón.

Las bailarinas llevaban vestidos transparentes y largos hasta los tobillos.

Las sirvientas iban desnudas y a veces se colocaban un cinturón de cuero que pasaba por la entrepierna.

Una moda que fue muy aceptada entre las mujeres era un largo vestido, generalmente de color blanco ajustado al cuerpo con una cinta que lo sostenía sobre el hombro. Dejaba al descubierto el seno derecho.

Los faraones solían llevar una falda corta bordada en oro y algunas con piedras semipreciosas.

Al principio se usaba el algodón, pero se impuso el lino por la creencia de que era más puro, y se cultivaba para fines textiles en exclusiva. El color preferido era el blanco, aunque podía llevar algunos dibujos en los bordes.

La lana era fue considerada impura, todas las fibras animales eran objeto de tabú. A partir de la conquista de Alejandro Magno, comenzó a emplearse la lana en las prendas de carácter cotidiano, pero continuaban prohibidas en los templos.

Vestuario popular

Los campesinos, los trabajadores y las personas de condición modesta, solían ir con un taparrabos y si se vestían llevaban sólo el shenti ,especie de faldilla que se apretaba a la cintura con un cinturón de cuero. Hacia el s XV a.C. comenzó a usarse una túnica ligera, o camisa sin mangas, así como una especie de blusa plisada.

Vestuario de la nobleza

Entre la gente de alta posición se adornaba la pieza con bordados y se colocaba sobre un calzón o túnica. Encima del shenti llevaban las personas de distinción una especie de falda corta formando menudos pliegues, que para salir de casa se cambiaba por una túnica con mangas o sin ellas, ambas de fina textura. Para cubrir la cabeza ambos sexos usaban una cabellera postiza, y los hombres un tocado particular, el claft, que se formaba con un tejido cuadrado hecho con una tela de rayas, ajustado a la frente y con caídas a los lados. El vestuario real está bien documentado, vestían de modo parecido que el resto del pueblo, aunque utilizando los símbolos distintivos, como el cetro y la corona egipcia.

Vestuario femenino

El vestido femenino se mantuvo igual durante varios milenios, modificado sólo en algunos detalles. Las mujeres llevaban la falda larga y con la cintura muy alta, como un vestido largo y ajustado, de una pieza, sujeto con dos tirantes que a veces eran anchos y les arropaban los senos. También llevaban una especie de prenda corta cubriendo los hombros. La forma de colocarse las túnicas era muy variada, dando la impresión de constituir ropa diferente. A veces usaban una tela muy fina, otras veces eran telas matizadas y pintadas, decoradas con diversos motivos que imitaban por ejemplo un plumaje como las alas de Isis.

Calzado

El calzado podía ser doméstico o ceremonial y se usaba en determinados situaciones y por ciertas personas. Llevaban unas pantuflas hechas con plantas o con fibras vegetales, que para los reyes y magnates podían ser de otros materiales, como cuero trenzado, y llevar todo tipo de adornos, rematándose en una punta encorvada hacia arriba.

El porta sandalias era una función administrativa de primera importancia. El titular era el encargado de preparar los registros, de organizar lo necesario antes de un viaje, de recoger las demandas en la audiencia. El que tenía el título de porta sandalias del faraón, era uno de los hombres más influyentes del país, uno de los personajes principales, es el porta sandalias de Ramses II.

En la vida diaria el hombre común iba descalzo y solo en alguna ocasión especial usaba sandalias cuando tenía que ir a algún sitio llevaba sus sandalias en la mano o las enlazaba al extremo de un bastón para calzarse al llegar al destino.

Maquillaje

El uso de maquillaje siempre estuvo bien considerado, incluso tenían un mito explicando esta costumbre. Cuando Horus luchó contra su tío Seth perdió un ojo, por lo que inventó el maquillaje para restablecer la perfección de su belleza, el uso de productos cosméticos para reparar los desperfectos del tiempo o maquillar los accidentes de la vida son por lo tanto justificados. Esto explica la gran variedad de productos como aceites, khol, colirios, rojo para los labios y las mejillas, concebidos por los egipcios de la antigüedad y utilizados desde muy pronto se han descubierto restos del siglo IV , y más de 160 recetas que describen su elaboración, que dura a veces varios meses.

Los polvos fueron utilizados para blanquearse la piel de la cara. Dos tipos diferentes de máscaras se usaban para los ojos: una negra para dibujar el contorno y acentuar su forma de almendra, y otra verde para las pestañas y las cejas. Al aplastar la galena, los egipcios obtuvieron un tinte negro, en el que el tono variaba según fuese de fino el polvo: cuándo era reducida a polvo muy fino, el tinte era de un negro muy oscuro si era aplastada con menos precisión tenía reflejos metálicos. Con este polvo hacían el khol. El maquillaje de ojos estaba hecho con malaquita, y usaban el ocre para conseguir el color rojo.

Todos estos productos se mezclaban con grasas animales para compactarlos y conseguir una conservación más duradera. Los egipcios fueron las personas de la antigüedad que practicaron más el arte del maquillaje, ningún otro pueblo lo ha usado tanto. Los productos cosméticos se comenzaron a usar para protegerse de los efectos del clima caliente y seco de Egipto. Así, el khol protege y cuida de la [conjuntivitis] y los aceites perfumados sirvieron, y sirven todavía, para humedecer la piel y devolverle su flexibilidad.

Las uñas y las manos se pintaban también con [alheña]. Sólo las personas de baja condición usaban tatuajes. No conocieron la purificación y no hicieron por lo tanto ningún perfume con alcohol. No obstante, cultivaban flores para aromatizar otros productos. El Fayum región alrededor de un lago del desierto, alimentado por un ramal del Nilo fue la principal zona productora, sobre todo en el Imperio Nuevo, cuando las inundaciones fueron reguladas con diques.

Peinado

Entre los hombres era corriente el rapado de la cabeza, para cubrirse usaban pelucas postizas, y los hombres un tocado particular (claft) que se formaba con un lienzo cuadrado, hecho con una tela de rayas, ajustado a la frente y con caídas a los lados.

Los nobles usaban peluca, común para los dos sexos, eran el tocado para la cabeza más corriente. Se hacía con pelo y crin, con otros elementos decorativos incorporados. Encima, los elegantes llevaban a veces vasos pequeños llenos de perfume. Las cabezas se afeitaban; los egipcios son el primer pueblo que ha practicado sistemáticamente la depilación. Para ellos, esto representaba la humanidad en comparación con la animalidad..

Joyas

Era un pueblo al que le gustaban los adornos, que utilizaban todas las clases sociales, aunque los de los campesinos eran más sencillos. Las joyas eran grandes y pesadas, lo que parece indicar una influencia asiática. Los brazaletes eran también grandes. Las piedras más empleadas eran además del lapislázuli la cornalina y la turquesa y los metales cobre, plata y oro, que era mucho más abundante. Era considerado carne de los dioses. Una creación especial de Egipto fue una especie de adorno realizada con un conjunto de discos de metal y que se llevaba directamente sobre la piel o sobre una camisa de manga corta y se ataba en la espalda.

egipto
Relieve egipcio. Mesa de alimentos. 66 x 44 cm. (Ver)

Alimentación en el Antiguo Egipto
La dieta base estaba compuesta por los alimentos más consumidos por los egipcios como los cereales, y en especial el pan y la cerveza, además de frutas y verduras frescas, carne de ave o pescados. Alimentos propios de cada estación que conformaban el “menú” de las principales, comidas almuerzos y cenas.

Los cereales cuya producción era masiva y la base de la agricultura y la riqueza, se empleaban de muchas maneras y también para hacer distintos tipos de panes. La espelta, el centeno y la cebada, eran los tres cereales más comúnmente cultivados en el Egipto faraónico. Todos se utilizaban en la fabricación del pan y de la cerveza. Para panes especiales se usaban las harinas de loto y de chufa.

Verduras, el ajo que era muy apreciado, las lechugas cultivadas cerca de la casa, rábanos, puerros, cebollas, y pepinos eran consumidos a diario, las legumbres eran consideradas productos anuales

Las frutas más consumidas eran uvas, higos, dátiles, higos del sicómoro. Para el verano, se cosechaban sandias y melones. El granado, el olivo y el manzano, fueron introducidos en tiempos de los hicsos, y desde entonces no han dejado de ser cultivados y de dar buenos frutos. Generalmente, los árboles frutales estaban en los jardines privados de las familias ricas.

El aceite de oliva, que servía para el alumbrado, también se utilizaba para cocinar.

En cuanto a las carnes, la cría y consumo de aves se hacía a gran escala. Aunque todavía no conocían gallos ni gallinas, en el gran papiro Harris se cuentan a miles las aves más comunes como gansos, palomas, pájaros acuáticos, grullas, ocas, etc…También en general, carne de ternera, cabra, cordero, cerdo, ganso y otras aves silvestres. La más apreciada era la carne de bovino a las brasas, dado su exquisito aroma, cualidad que era fundamental

Los pescados en algunas épocas llegaron a estar prohibidos por creencias religiosas que los consideraban alimentos impuros. Pero no siempre fue así . De nuevo, el gran papiro Harris nos habla de considerables cantidades de pescado entre las distribuciones de vituallas hechas a los templos de Tebas, de On y de Menfis: 441.000 pescados enteros, algunos tan grandes que se necesitan dos hombres para llevarlos, según el manuscrito.

La leche y sus derivados eran verdaderas golosinas. La recogían en vasos de alfarería de forma ovoide, que se tapaban con una mata de hierba para protegerla de los insectos, evitando cerrar completamente la abertura.

La indispensable cerveza, (keneket), elaborada con cebada, se utilizaba también como alimento principal, no sólo como bebida.

Los egipcios también elaboraron todo tipo de pasteles, y para endulzar sus postres y bebidas utilizaron la miel y las semillas de algarrobo

Los egipcios se lavan las manos antes de comer y comían con los dedos, esto lo tenemos documentado en los relieves de los templos y tumbas, su dieta era de pan, carne, vegetales, fruta, pasteles, pescado, todo era servido a la vez, no existiendo 1ª o 2º plato como sucede hoy. Algunos textos nos comentan las buenas maneras que hay que tener en la mesa, sobre todo en los banquetes de la clase alta, nos dicen que no debemos parecer hambrientos aunque tengamos mucha hambre, tenemos que mantener los modales. La comida no era muy sofisticada, pero si se tenía en cuenta la buena presentación de los platos, estos se colocaban sobre unas esterillas.

Cristina Diaz