Introducción

En 1876, el descubridor de Troya, Heinrich Schliemann, realiza otro hallazgo fundamental que devuelve a la historia la antigua ciudad de Micenas, cuyo rey, Agamenón, fue quien lideró la famosa guerra, hasta entonces atribuida a una pura invención. El aventurero alemán sacó a la luz importantes tesoros, como la “máscara de Agamenón”, atribuida al rey aqueo, (aunque es unos tres siglos más antigua) y en la ciudad de Tirinto desenterró un importante palacio.

Años más tarde, con el cambio de siglo, un arqueólogo británico, Arthur Evans, siguiendo la estela de Schliemann de dar credibilidad a antiguos mitos (en este caso el del rey Minos) descubre el palacio de Cnossos, desenterrando del olvido la antigua civilización cretense, que a pesar de su polémica reconstrucción sigue asombrando al visitante por su laberíntica distribución (que según algunas interpretaciones daría lugar al mito del Laberinto) y por la viveza de sus frescos, en los que asoman delfines, príncipes, hermosas mujeres y jóvenes saltando sobre poderosos toros.

Cronología
-2700 a 2000 a.C. – Minoico Antiguo I a III (Prepalacial)

-2000 a 1700 a.C.- Minoico Medio I y II (Primeros Palacios) -invasión aqueos (indoeuropeos jonios, eolios, etc.) Primeras construcciones en Knossos

-1700 a 1570 a.C. -Minoico Medio III (Segundos Palacios)- Grandes palacios en Knossos, Festos, Malia, etc. “Diosa de las serpientes”, sellos, anillos de sello. Frescos en Knossos. Frescos de Thera.

-1570 a 1400 a.C.- Minoico Reciente I y II Frescos en Knossos (salto del toro, la Parisiense, Procesión. )

-1400 a 1200 a.C. -Minoico Reciente III -Influencia micénica

-1200 a.C. Invasión dorios. Fin de la Edad de Bronce. Comienzo Edad de Hierro.

Sociedad, religión
La sociedad minoica se caracteriza por su articulación entorno a grandes palacios, que desde donde dominaban el territorio. Existían grandes ciudades-palacios, Cnossos, Hagia Triada, Festos, y se cree que existiría una especie de federación encabezada por el palacio de Cnossos.

No se han encontrado templos, por lo que se considera el palacio como centro religioso a la par de político. Los palacios cretenses se caracterizan por la existencia de numerosos patios y multitud de habitaciones, algunas donde grandes tinajas han atestiguado su función como almacenes. La estructura laberíntica de éstos se supone haber inspirado el mito del Laberinto, de hecho se denomina “minoica” en honor al legendario rey Minos, padrastro del terrorífico hombre-toro, el Minotauro, reflejo de otra característica de esta civilización, el culto al toro.

Se han hallado en los palacios tablillas escritas en dos tipos de escritura: la más antigua, una escritura jeroglífica, indescifrada. Otra posterior, la denominada Lineal A, descifrada pero no traducida, y la Lineal B, que utiliza la escritura minoica para la lengua micénica. De esta última, también llamada protohelénica, se ha podido traducir gracias a las semejanzas con la lengua griega, que descendería de aquella.

Como centro de la administración, el palacio servía como almacén del territorio. Estas tablillas micénicas son precisamente registros contables de los bienes guardados en ellos. Al terminar el año administrativo, se destruían las tablillas y se comenzaba de nuevo el año contable. Tenemos, sin embargo, tablillas que aún se guardaban del año anterior. En ellas aparecen listas de compras, ventas o entregas de productos manufacturados o materias primas (prendas, bronce, aceite…), de ganado o de esclavos a particulares, talleres u otros palacios; hay inventarios (de armas, carros, caballos…), ofrendas a deidades o a santuarios (de miel, vino…), listas de trabajadores de palacio, su trabajo y remuneración etc. En otras tablillas aparecen nombres de dioses.

Otra característica de esta civilización es la gran importancia de la mujer. Aunque el rey en su función de rey-sacerdote era la cabeza del estado y de la religión, la mujer aparece con gran poder y un estatus privilegiado. No se conocen, de hecho, figuras de deidades masculinas, todas las que se han hallado son diosas asociadas a serpientes, se ha interpretado como una religión matriarcal en la que el toro representaría el principio masculino, al que se uniría simbólicamente la sacerdotisa, y cuyo recuerdo quedaría en el mito de Pasifae y su hijo, el Minotauro.

Curiosamente, el trasfondo del mito griego, es decir, el tributo de jóvenes que atenas tenía que entregar a Creta, para que fueran sacrificados al Minotauro, aparece también en hallazgos que atestiguan sacrificios humanos. Al no existir más datos no podemos situar en qué contexto religioso, aunque uno de ellos aparece vinculado a un momento de decadencia y de destrucción de los palacios por causa de un terremoto.

Precisamente la decadencia de la civilización minoica se atribuye a una catástrofe, la erupción de Tera (actual Santorini), en el siglo XVII a.C. que destruyó, no sólo la ciudad minoica de Akrotiri, sino también los puertos y la flota cretense, dejándola desprotegida ante las invasiones de los pueblos indoeuropeos, dando lugar al dominio de la cultura micénica. A partir del siglo XV esta influencia se hará más patente, hasta el siglo XIII, en la que una nueva invasión, esta vez de los dorios, también de origen indoeuropeo, acabará con las culturas egeas, sumiendo esta parte del mediterráneo en una edad media que durará hasta el inicio del periodo Arcaico griego.

Arte

Arquitectura
En arquitectura destacan los palacios. El más conocido es el Palacio de Cnossos. Eran estructuras palaciales complejas, sin murallas defensivas, edificadas con piedra y estructurados en torno a grandes patios y diferentes salas, las cuales estaban decoradas con bellas pinturas al fresco.

Las ciudades estaban conectadas con caminos pavimentados de piedra. Las calles tenían alcantarillado y el agua y las clases altas tenian acceso a instalaciones de aguas residuales mediante tuberías de arcilla.

Los muros inferiores eran construidos con piedra y escombros, y los muros superiores de adobe. los tejados, de tejas planas, estaban sujetos con estructuras de madera. Había en cada palacio un vestíbulo y una gran sala para recepciones o asambleas, que los griegos llamaban megarón. en el vestíbulo y sala principal como soportes secundarios, figuraban las columnas, las cuales disminuían de diámetro en la parte inferior y se coronaban con un capitel anular sencillo, anticipando el estilo dórico. En el “Palacio de Minos” o “del Laberinto” o “del Hacha Doble” se observa, esculpida por todas partes, en relieve o en bulto, el labrys, doble hacha a la cual muy probablemente se le daba culto, quizá como símbolo de realeza.

Si hay algo que asombra por la viveza de las escenas son los frescos. En ellos, pintados con colores vivos y alegres (azules, rojos,
amarillos) se pueden contemplar desde escenas de la vida palaciega,(el príncipe de los lirios) hasta rituales como el famoso salto del toro, o retratos de las bellas mujeres cretenses, con sus peinados elaborados y sus vestidos con vuelo y corpiños que dejaban el pecho descubierto (las damas en azul, o la Parisienne). Así como líricas escenas marinas, como el fresco de los delfines.

En Tera aparecieron pinturas de la vida cotidiana, que quedó abruptamente interrumpida por la erupción que enterró la ciudad de Akrotiri a modo de una pompeya minoica. Esas pinturas abarcan escenas cotidianas, como el pescador, o los recolectores de azafrán. También hay representaciones de la propia ciudad y de los puertos, un buen testimonio de la arquitectura urbana y de los barcos de la flota cretense.

Se considera que el arte cretense fue influenciado por la vecindad de Egipto, aunque pronto se desliga de la sujeción a los cánones de este. Así mismo influirá a la vecina civilización micénica.

Escultura

No se han hallado esculturas grandes, sólo estatuillas votivas, representaciones de diosas de las serpientes, con el típico vestido cretense, serpientes en los brazos y tocados con animales.

La cerámica se caracteriza en el periodo antiguo por dibujos lineales de formas geométricas: espirales, triángulos, líneas curvas, cruces, etc. En el periodo minoico medio son comunes los diseños naturalistas de peces, calamares, pájaros y lirios. En el periodo minoico reciente, predominan las flores y El estilo palacial de Cnosos se caracteriza por la simplificación geométrica de los temas naturalistas y el monocromatismo.

En orfebrería destacan los vasos rituales o rhyton con forma de cabeza de animal, en especial uno muy elaborado en forma de cabeza de toro, donde aparece tratado de forma muy naturalista.

Micenas

La civilización micénica se caracteriza por la fuerte influencia minoica, sobre todo en las pinturas, pero adaptándolo a sus formas culturales.

Arquitectura:
En arquitectura destaca la monumental Puerta de los leones, de inspiración hitita, y que anticipará el uso del tímpano o frontón triangular por parte de sus heredero, el arte griego. Los muros son ciclópeos, compuestos de piedras talladas de forma irregular pero que encajan perfectamente. En el medio del muro, con forma triangular, aparecen los dos leones a cada lado de una columna de inspiración minoica, y apoyados en la basa de esta.

También sobresale la llamada “tumba de Agamenón”, un tholoi, estructura circular con falsa cúpula compuesta de hileras de piedras que se van acercando hacia el centro.

Pintura:
Las pinturas micénicas son herencia de las minoicas, representando escenas bélicas, procesiones o de la vida cotidiana.

Escultura, cerámica y orfebrería
En escultura no aparecen estatuas de gran tamaño, sino, al igual que en el caso de Creta, predominan las estatuillas de tierra cocida. Lo más característico es la denominada Tríada Divina, constituida por dos diosas y un niño, quizá precedentes de la tríada eleusina, Démeter, Perséfone y Triptólemo. Aparece también imágenes de una diosa madre con un niño en brazos. En el museo de Atenas se puede contemplar una rara representación escultórica, una cabeza femenina quizás de diosa o de esfinge, policromada la cara de blanco, los ojos y el pelo de color azul y la cinta del pelo, los labios y los rosetones de las mejillas de color rojo.

En orfebrería son muy destacables las máscaras mortuorias de oro, entre ellas la máscara atribuida a Agamenón, aunque parece remontarse a unos siglos anteriores.

Conclusión
Creta constituye la primera civilización considerada “europea”. No es casualidad que el mito de la ninfa Europa, raptada por Zeus convertido precisamente en toro, se sitúe en esta isla.

Es también una civilización enigmática: el misterioso disco de Festos con su escritura jeroglífica sin descifrar , su desaparición repentina debido a catástrofes telúricas, y que para algunos arqueólogos inspiró el relato de la Atlántida, con la que compartiría ciertos rasgos comunes, como el dominio marítimo o el culto atlante a Poseidón, cuyo animal representativo es el toro.

Sea como fuere, la influencia que Creta ejerció sobre la cultura aquea constituye un buen argumento para considerarla como la cultura madre del Mediterráneo europeo.

Cristina Diaz