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Decoración de paredes con relieves y esculturas en ménsulas

La decoración de paredes puede adquirir un aire de distinción si empleamos elementos decorativos inspirados en el arte clásico, como pueden ser relieves de estilo grecorromano y neoclásico, combinándolos con ménsulas que sirven de soporte a esculturas de pequeño tamaño, bustos o a réplicas de cerámica griega, por ejemplo.

Estos dos elementos, relieves y ménsulas con bustos o esculturas, han sido empleados en distintas culturas desde la Antigüedad para decoración monumental y de espacios interiores, en templos y en palacios, y en las villas y mansiones de las clases distinguidas. 

Las ménsulas son soportes que sobresalen de la pared, pueden emplearse en las fachadas para sostener estructuras horizontales como arquitrabes o frisos, o también como elementos decorativos de interior, bien de forma exenta o como una base sobre la que se coloca una figura de decoración de mediano o pequeño tamaño. Además, pueden usarse a modo de patas para mesas o consolas anexas a la pared y como soportes de estantes.

La mayoría de las ménsulas combinan figuras geométricas, sobre todo volutas y espirales, con motivos vegetales, y algunas aparecen con figuras humanas.

Los relieves son esculturas que se caracterizan por sobresalir de una superficie plana, no se aprecia por tanto la parte posterior, y según su profundidad se denominan bajorrelieves, si el relieve sobresale poco del fondo plano, y altorrelieves, cuando están esculpidos casi como esculturas de bulto redondo, pero se colocan adheridos a un fondo o pared. Están diseñados por tanto para una vista frontal.  A veces, en su composición, el escultor juega con la perspectiva y las profundidades, resaltando más los objetos o figuras que están delante y apenas insinuando los del fondo.

La función de los relieves en la Antigüedad sobre todo fue narrativa, su empleo más antiguo por civilizaciones como Egipto y Mesopotamia fue para narrar los hechos destacados de los gobernantes, sobre todo acontecimientos de carácter militar, y por otro lado de tipo religioso, representando a dioses y sus mitos.

Estos objetos empezaron a utilizarse en decoración de interiores sobre todo a raíz del redescubrimiento de la cultura grecorromana que se produjo en el Renacimiento, y experimentaron otro gran auge a partir del estilo neoclásico, en el siglo XVIII, marcado por el descubrimiento de Pompeya y Herculano. Ya en el siglo XIX el estilo imperio expande por Europa otros estilos además del clasicismo, empezando por la egiptomanía que nace de las campañas napoleónicas en Egipto, y que llena las mansiones de los aristócratas y la alta burguesía de objetos de origen o de inspiración egipcia, por ejemplo, relieves expoliados de tumbas.

El eclecticismo e historicismo decimonónico volverá su mirada a lo exótico, con inspiraciones en el lejano Oriente y en el arte islámico.

En nuestros días, en la decoración de interiores podemos armonizar lo moderno y lo antiguo combinando muebles de estilo minimalista contemporáneo con relieves neoclásicos o grecorromanos en la pared y ménsulas que destaquen pequeñas estatuas de inspiración clásica.

Las reproducciones de figuras arqueológicas que se realizan hoy en día en materiales como el mármol reconstituido o la fibra de vidrio conservan la fidelidad a los modelos originales, y sus texturas semejantes a la piedra o al mármol las hacen idóneas para aportar un toque elegante a la decoración de nuestros espacios favoritos, esos lugares especiales de nuestro hogar donde el arte que nos rodea puede servirnos de inspiración y de fuente de serenidad y relajación.

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