Esta afición se encuentra en auge creciente en todos los niveles de poder adquisitivo.
Las reproducciones arqueológicas y artísticas de diferentes culturas y civilizaciones data ya de época de los romanos. Hoy contamos no solo con museos que realizan sus propias reproducciones, (quizás el pionero fue el el museo del Louvre en el siglo XVII), sino con muy buenos artistas y artesanos que recrean a la perfección piezas antiguas, permitiendo a cientos de personas de todo el mundo que aman el arte y la historia, el crear pequeñas o grandes colecciones gracias a su coste asequible. Incluso podemos ver como se levantan grandes museos con este concepto, como el Museo de Reproducciones Artísticas de Bilbao.
Por otro lado el coleccionismo de reproducciones arqueológicas evita el expolio y mercado de piezas antiguas patrimonio de la humanidad.
Es notable, en aquellos amantes de la historia, el arte y la belleza, como logran crear espacios en sus casas donde la serenidad y la sabiduría de lo antiguo se unen a la vitalidad y alegría de lo nuevo.