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Cabeza de Buda de Angkor, serenidad y misterio

Cabeza de Buda de Banteay, Angkor. 25 cm

Una de las más recientes incorporaciones a nuestro catálogo es esta reproducción de una cabeza de Buda, que se inspira en las estatuas de los templos de Angkor en Camboya.

En el arte khmer de Angkor abundan las esculturas de seres divinos tanto de la religión hindú como de la budista, dentro de las cuales destacan las imágenes de Buda, que suele aparecer con rostro sereno y sonriente.

Angkor Thom-Bayon-20-Koepfe-2007-gje by Gerd Eichmann under CC BY-SA 4.0 DEED

Esta cabeza de Buda presenta las características típicas de las representaciones humanas del arte khmer: rostro sonriente, ojos almendrados, las dos cejas bien perfiladas y a menudo unidas en una sola, y labios con el borde exterior perfilado. Pueden hallarse como esculturas exentas, como relieves en las paredes de los templos, o también integradas en la propia arquitectura, situadas encima de dinteles o sirviendo de capiteles de columnas.

Banteay Kdei, Angkor 09 by LBM1948 under CC BY-SA 4.0 DEED

Angkor fue la capital del imperio camboyano o Khmer, (s IX-XV de nuestra era) que alcanzó su máximo esplendor en el siglo XII. Sus dominios se extendieron desde Camboya abarcando territorios de los actuales países de Tailandia, Vietnam, Laos, Malasia y Myanmar (Birmania). Tras la decadencia de Angkor, las vastas ciudades y complejos monásticos fueron abandonados y tragados por la selva hasta su recuperación que se inició en el siglo XX por arqueólogos, convirtiéndose en las últimas décadas en un importante destino turístico. Hasta entonces, el resto de las construcciones habían permanecido a merced de los elementos, a excepción del templo de Angkor Wat, conservado y mantenido durante siglos por los monjes budistas que lo siguen habitando en la actualidad. La imagen de los antiguos templos de piedra asomando entre la selva camboyana y sus paredes cubiertas por las raíces de los árboles es sumamente evocadora y ha servido de inspiración para numerosas series de televisión, películas y videojuegos.

Statue of Buddha in Banteay Kdei 2023-03-25 by Alexey Komarov under CC BY-SA 4.0 DEED

Este vasto conjunto de ciudades monumentales fue edificado durante los reinados de los monarcas de la dinastía Khmer, cuyo apogeo tuvo lugar entre los siglos XI al XII. Algunos de los complejos albergaron templos dedicados a dioses de la religión hinduista y en otros se edificaron santuarios budistas. Entre ellos destaca el complejo de Banteay Kdey, “Templo de la Ciudadela de las Celdas Monásticas”, cuya construcción data del reinado de Jayavarman VII en la segunda mitad del siglo XII, que fue empleado como monasterio budista.

Cambogia, buddha protetto dai naga, da preah khan, stile di angkor vat, 1100-1175 by sailko under CC BY-SA 3.0 DEED

El budismo llegó al imperio Khmer alrededor del siglo VIII de nuestra era y su culto convivió en Angkor con la religión hindú. En Banteay Kdey y otros recintos se pueden admirar numerosas estatuas de Buda y otras deidades secundarias, genios y demonios de la religión budista. Nacido en la India en el siglo V a.C. a partir de las enseñanzas de Siddharta Gautama Buda, el budismo se extendió desde muy pronto por toda Asia, llegando hasta Afganistán por el oeste, expandiéndose por el Sudeste a países como Tailandia, Myanmar, Indonesia y Camboya, y alcanzando el extremo Oriente, desde China a Corea y a Japón.

Las características del arte de los distintos países donde se implantó el budismo influyeron en las representaciones que se realizaron de Buda, adaptándolo a las formas estilísticas de cada cultura.

En el arte budista se le representa a Buda de distintas formas, normalmente con un rostro sereno y sonriente expresando la suma felicidad y la paz de la liberación final. Puede aparecer en distintas posturas: unas veces de pie, otras sentado con las piernas cruzadas en la postura del loto, o tumbado sobre un costado. Las posiciones de las manos o mudras también son gestos simbólicos, cada uno con su propio significado. Suele llevar el pelo recogido en un moño sobre la cabeza, y en algunos casos, con rasgos simbólicos como las orejas alargadas, símbolo de la Sabiduría, que se pueden observar en esta reproducción.

Una escultura como esta cabeza de Buda puede servirnos de inspiración para buscar un momento de calma y de meditación en medio del ajetreo cotidiano. Colocada en una habitación especial, el despacho o la biblioteca, da un toque especial y aporta paz y serenidad al ambiente. Su presencia nos evoca viajes a países lejanos, paseos por templos cubiertos de vegetación, envolviéndonos en un ambiente de aventura y exotismo, de espiritualidad y misterio.

Cristina

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